jueves, 1 de enero de 2009

Cincuenta

Feliz año nuevo.

2009 ha de ser, ante todo, un año en que la idea de la Revolución esté siempre presente en nuestro ánimo. La era de la opulencia toca a su fin y con ella mueren las ilusiones de todos los chorlitos que aún creían en el American Dream, yeah. Hay que volver a pensar desde la base y arrimar el hombro en proyectos colectivos. El que se quede suelto será barrido por la marea o lobotomizado por la barbarie. Algo se avecina.
Estos días se cumplen cincuenta años de la entrada de los barbudos en Santiago de Cuba y La Habana. Soy de los que piensan que la Revolución Cubana no necesita ser defendida, porque ya se defiende sola. No obstante, y pese a que soplan vientos favorables para el socialismo en toda America Latina y se empiezan a vislumbrar nuevos horizontes en la Europa del Capital (aún arden las sedes de los bancos griegos), todavía hay muchísima gente que repite los tópicos de la gusanera: Fidel dictador, etc, etc, mostrando una escuálida comprensión de qué es lo que está en juego realmente en Cuba. Cuando enjuiciamos las políticas llevadas a cabo por un país cualquiera tendemos a medir los resultados sociales por arriba, mirando lo ricos que son los ricos, como si ellos fueran la prueba de que se puede, yes, we can, si ponemos empeño en ello y tenemos confianza en nuestro poder de derecho divino. Pero lo cierto, señores, es que no se puede, no, we can't: por ahí no se llega más que a la barbarie, entendiendo esta como la ausencia de toda legislación ética y consiguiente regresión antropofágica, tal y como lo demuestra el panorama económico internacional, en especial en los capítulos que se refieren a la situación del Tercer Mundo, es decir, la mayoría de la humanidad. Repito estos topicazos sin sonrojo alguno porque es lo que hay y todo el mundo lo sabe, aunque se mire para otro lado hasta que la tortícolis nos revienta. Lo que quiero señalar es que, en vez de mirar hacia los yates de los ricos, podríamos comparar los diferentes sistemas políticos mirando hacia abajo, preguntándonos, en vez de cómo están los que mejor están, cómo están los que están peor, los de abajo del todo. Entonces veremos simplemente que Cuba aventaja largamente a la mayoría de las naciones, si no a todas. En Cuba, sin ir más lejos, es impensable el infierno del chabolismo yonqui que se da en mayor o menor medida en todas las ciudades del Estado Español.
Este año, señores, se acabaron las boberías. Las flamantes empresas que tiraban del carro se van a hinchar a despedir gente, ¡pa fuera, pa la calle!, el consumo se va a resentir y cerrarán los negocios, aumentará la delincuencia, la marginalidad, el crimen organizado, el vicio, el alcoholismo, las drogodendencias variadas, el pecado de Onán y la fiebre reumática. Volverán los vándalos y los alanos, clamando por su tributo, violando sin miramientos ni finura a los más probos ejecutivos, hombres ya entrados en años, a la salida de sus otrora alegres moradas, al grito de "¡mecagoendiós!" al hendir el falo. Las temperaturas aumentarán y así el nivel de los mares, la basura se desbordará y se esparcirá por las calles, con sus ratas y su crisol de enfermedades. Plagas de mosquitos tigre sobrevolarán las ciudades obscureciendo los cielos, infectando de nuevas formas de malaria a todo el mundo, en especial a las ancianas indefensas y a los niñitos inocentes, que no tienen culpa de nada. Será el horror, el horror, el horror. Y nosotros estaremos en casa, absortos con la Play.
¿Quién nos salvará?
El otro día caí fulminado a tierra y en medio de atroces espasmos tuve una visión prístina y clara como la gota de rocío. Entendí súbitamente que lo que se nos viene encima ahora es un totalitarismo policial militarizado internacionalmente a cuya cabeza han situado, quienes financiaron su campaña, al sonriente rey Baltasar, el cual, rebosante de buenrollismo, nos untará bien de vaselina para que nos entre a gusto el misil nuclear. Por si nadie lo ha notado, los grandes partidos políticos del mundo opulento ya se están agrupando en "grandes coaliciones" que propenden al monocolor ideológico: la Alemania de Angela (CDU/SPD), la Francia de Sarko (que ha acogido en su gobierno a varias figuras del PSF) y los USA de Baltasar, quien ha logrado unificar a demócratas y republicanos en fraternal comandita. No sería raro que viéramos una gran coalición PSOE/PP para las próximas elecciones, visto que Mariano ha apostado por la moderación y Setapé es un hombre cariñoso, dispuesto a perdonarlo todo (incluso que lo llamara "chisgarabís" en la anterior legislatura). Así pues, el pensamiento político del poder se revelará verdaderamente y ya sin tapujos como lo que es: pensamiento único. La cosa se va a poner peluda, y hay que amarrar al rebaño.
Por si a alguien le interesa, este año se presenta un nuevo partido político que quiere concurrir a las elecciones europeas de junio. Aún necesita conseguir las 15.000 firmas necesarias para hacer posible la candidatura:
Feliz año nuevo.
Salut.



1 comentario:

Anónimo dijo...

HAY QUE ACTUAR AQUÍ Y AHORA, Y DEJAR DE LAMENTARSE. VOLVER A LA POLÍTICA DE BASE. UNIDAD DESDE ABAJO.